domingo, diciembre 16, 2012

Mercado Sexual


Como humanos, naturalmente, somos seres integrales. Somos un combo visceral cargado de emociones, que venimos en un paquete de sueños, ganas, añoranzas nuestras y regaladas, y no –necesariamente- íntegros, en relación a la pureza emocional e idoneidad genética.

Cuando somos nosotros, somos de un todo lo emocional con lo físico o parciales, pero somos. No podemos negar nuestra naturaleza humana, visceral, ni puede disimularse –aunque queramos- esa parte pecaminosa que no se termina de abandonar sin esfuerzo (porque hay la tendencia a alguna forma de pecado o de falla de carácter, incluso la moral).

Al ser nosotros, lo moral va junto con lo inmoral. Puede que estemos muy consciente de qué es lo que nos hace ver la inmoralidad en los extraños o en los que nos son conocidos, pero –con deficiencias- nuestra moralidad opera en nosotros, hacia quienes nos rodean.

Puede que, si estoy en la playa y me siento atractivo, sin importar qué piensen mis semejantes, me pongo un traje de baño que haga notar mis “atributos” y, si alguna dama está disponible, indistintamente casada, soltera o en una relación libre, ella echará de ver lo que quiera y, si su sentido de moralidad está bien sintonizado, me desdeñará o no pondrá atención a mi exhibicionismo lisonjero.
En el caso contrario, una dama, bien “dotada” hará lo mismo para llamar la atención (ganarse un grupo de admiradores pretendientes) y, aquellos que se interesen –visualmente- en la mercancía exhibida, se acercarán y, de algún modo, intentarán abordarla para seducirla, atraerla, ganarla o poseerla, pues, en ese caso, como somos seres visuales y viscerales, nadie se negará intentar un bocado del plato exhibido. ¿No escoge ella al mejor postor? Elegirá al que sea de su agrado, al que le apetezca sexualmente y le ofrezca más ventajas económicas (en el mejor de los casos).

Toda la vida hemos mercadeado lo que tenemos o lo que queremos.

Una mujer, muy fácilmente, sabe qué busca un hombre por la forma de hablar: Si eres machista, si eres dominador o sumiso, ella lo verá en ti, no sólo por tu forma de andar o hablar, sino por la manera en que la trates o el modo en que te allegues a ella.

El mercado sexual se mueve a diferentes niveles de cotización.

Es posible que las jovencitas no sepan lo que hoy valen pero, a cierta edad, cuando adquieran sólidos conocimientos de sí mismas, cuando las experiencias le hayan favorecido para ser menos vulnerables a las fantasías pueriles o mentiras, dejarán de cotizarse entre las mercaderías de remate y, aunque ya no tengan el jovial atractivo de la virginal inocencia o la belleza exterior, algunas intentaran que alguien puje por un precio desproporcionado o alto (las baratas son para casos raros o para cuando ella ya no abrigue la esperanza de aquel príncipe azul que se tornó un viejo verde).

Según pude asesorarme, de un Casanova más joven que yo, las chicas buscan –en el mejor de los casos- un Príncipe Azul. Él debe ser físicamente atractivo y, a la vez, económicamente atractivo... ¿Será mentira?

Si ello fuera una mentira o una verdad parcial, ¿Qué hace que una niña de 5 años desee vivir en un enorme castillo, con servidumbre y ser la preferida del rey o la novia del príncipe?

Alex, la hermano de mis hijos, suele comentarle a mi hija sus sueños. Obvio que las películas de Disney ha influido en las pensamientos de breve vida pero ¿Tales fantasías no han tocado las mentes de mujeres adultas? ¿No han prolongado, miles de ellas, la idealización de su realidad y fantasía?

Mi madre, con setenta años, todavía sueña con un hombre, millonario “que la quiera mucho” y le dé todas esas cosas que no supo o no pudo tener… ¿No desea y sueña lo mismo la señora Cecilia, y tantas otras que he conocido? (y ya no son unas carajitas).

A los quince años, influidas por la presión social (o la presión de sus mentes) ya saben si gustan o gustan de sí mismas. Si han llegado a aceptarse (y a ser deseadas) lo saben en ese lapso de la adolescencia prolongada y, como no son nada pendejas, irán aprendiendo a capitalizar “lo que tienen” pues, de igual forma, los varones van comprendiendo que las mujeres no se encantan sólo con coloridas flores, dulces chocolates ni versos fragantes (los deseos se comprar -o se ganan- con los arpegios de palabras, cimentados en obras, en la consolidación de otras conquistas).

El mercado sexual favorece a los diseñadores de modas, a los fabricantes de cosméticos, a los comerciantes de la belleza y sus publicistas. Todo lo sexual está entramado en la cultura de la compra venta, todo lo visceral sobrepuesto en lo que de placer, prestigio, fama, etc.

Las artes, lo visual y plástico han hecho una simbiosis con lo comercial, lo negociable, lo apetecible y placentero. La cultura de la transacción de bienes, incluso en las menos penetradas por la influencia transculturizante del comercio convencional, el colonialismo mercantil explotador, ha calado en lo más medular de las etnias primitivas y remotas: Si quieres algo cómpralo o gánalo y, la belleza –incluso- puede apuntalarse con lo que la naturaleza no había suplido biológicamente ni los bienes materiales habían imaginado comprar.

A.T. Dec. 16, 2012

miércoles, diciembre 12, 2012

Be blessed!


I´m proud of this!

(Be blessed, Narain)

domingo, noviembre 25, 2012

Hindered to be.


Why am I hindered to be loved?
Why am I so limited to hug or being hugged?

Sometimes this is not just the hunch,
The liking or willing desire to woo,
It is just a dealing contract, an achieving condition,
Made for few who do not deserve who
I longed for, those that I wanted to belong,
Since I´m made to be out of a chosen group.

Is love a gift or a privilege?
Why am I asked to love if it needs things I´m losing with age?
These are the things that remained blocked by material lacks and faults.

Beauty is not needed to be loved, but it´s sought to be found.
Money seems to be hugged as the guarantor of longer days
And there´s no alibi when anybody wants to leave and smear a mess.

Sure I´m not that much
Who has left his mess and smudged
(but I´m falling too).
As anybody may think I´m deserved.
I rather learn to live like an angel,
strengthening my needs on my knees.
A.T.     Nov. 2012

jueves, noviembre 08, 2012

Palabras

 I                                                          

Cada palabra tiene nombre,
Un camino…  Destinatarios.

Y la voz a su escenario,
la fuente anida a lo que expira;
y al final, la vieja herida,
otra espina rompe un cauce.

¡Maldita sea la vida!
Cuando un amor me apuñala;
Que el querer no se regala
Ni las balas son perdidas.

¡Ah! De mí, y esos amores,
Inmersos en pedazos.
Si estuviera  ya  en tus brazos
Esa herida sanaría…

II
Si fueras sólo mía,
puro amor, y sin reproches.
Salvarías esa noche,
Que añoré, hecho pedazos.

¿Adónde te habrás ido?
Por tu vaga ventolera.
Ya no pides que te quiera,
Y ese “amor” te habrá mentido.

¿Te clavaron las espinas?
¿Te sudaron en el ruedo?

Por amor” alzó su vuelo…
Sin amor, te desnudaron.
Y estos labios que te amaron,
Sin besar, besaron suelo.

¡Furtivo instante!
Breve abrazo del rechazo:
¿Qué es la vida? Que la quiera.
Hoy yo estoy hecho pedazos.

Hoy sufrimos el silencio,
Como flor que no marchita;
No es la rabia lo que irrita,
Es querer, en tu desprecio.

¡Te amor! ¡Te amo! ¡Te amo!
Y no es pleno este deseo.
 Aunque a ciegas yo te veo,
Y aunque vea, no es mi suerte.

Pues, amar ¡y no tenerte!
No está lejos de la muerte.

Soy páginas blancas…
Lo que amar, no dio a escribir.
¡Y es tan fácil escupir!
Lo que cae en lo corriente.

Queda en tizne ese recuerdo,
¿Cuánto no? ¡Te pude asir!
Y es tan fácil escupir,
La serpiente que nos muerde.

III
¡Malcriado niño destetado!
Perdido en otra ausencia:
Quizá pruebe la demencia,
Besar besos que no pido.

Abrazado al desconsuelo,
-  como brújula sin Norte  
No te hiera este reporte:
Ese amor no está perdido.”

IV
Hoy ya leo mi historia,
Con los ojos al vacío:
Te amé tanto, como vida,
En la puerta de salida.

Alcé mi brazo raso
(tan alto como pude)
Y en aceite ungí mis penas:
Me dejaste por un trato.

Al atino, un desatino.

Te he amado, lo he deseado.
¡Y es tan triste ese destino!
Solícito, avergonzado…
¿La amó otro, en mil caminos?

A.T.             Nov. 7, 2012

jueves, octubre 25, 2012

Confusiones y Ambiguedades

En mi afán de auto ayudarme, sólo para recordarme un grupo de tips que he aprendido, me invito a publicar esto.

No todo lo que se lee es la verdad ni es verdadero.

No todo lo que se ve se verá.

No todo lo que se publica es lo que se quiere.

No todo lo que se quiere se publica.

Con la chica que anduve hasta septiembre 2012, aprendí un par de cosas. Sus fotos no eran las más actuales y sus escritos eran muy subjetivos y sugerentes.

Si estaba sola no era toda la verdad y, si era su verdad, ella sólo era la versión que ve ella, la que resiente o quizá le conviene (y aseguro que es una de las mejores personas que haya conocido: Pero no le tendré un ápice de confianza).

El hecho de que alguien se muestre sola no significa que sola esté.

Una foto que te muestre (o me muestre) acompañad@ no significa que tengas una relación duradera, estable o permanente con quien hayas salido fotografiado.

El hecho de que siempre te fotografíen sola no nos dice que estés sola y, a la mayoría de las personas, eso a nade importa, sino lo que pueda disfrutar contigo (del modo que sea).

Mi amigo Fred Vargas, en sus mamaderas de gallo, siempre le dice a las chicas que pretende seducir: “Mi amor, ¿Estás casada?”. Indistintamente de lo que ella le diga, siempre responderá: “¡No importa! Yo no soy celoso.” Y, la verdad, es un buen truco para saber: a) Si ella miente. b) Si está ligada a alguien. c) Si está disponible o interesada en una aventura con él.

¿Qué se quiere, generalmente?

El sexo no es malo, malo es lo que se acaba; mala es una relación que se termina en un doloroso desengaño, en las ilusiones perdidas.

Hoy, más que en Oriente, nuestro libertinaje sexual nos ha llevado a un quebrantamiento de la familia y, como consecuencia, la perversión emocional de algunos de nuestros hijos: Eso es un efecto avalancha (siempre habrá algún@ que evitará el quebranto).

Es bueno saber qué ofrece cada vitrina. Es bueno saber qué clase de cuerpo una persona intenta desposar (o seducir) pero –como las apariencias engañan- más de uno se ha involucrado con un hombre operado (y más de una mujer se estuvo enamorando de otra mujer). ¿Son las fotos una referencia confiable de cada persona?

Se puede conocer el buen gusto de su natural y saludable hedonismo.

Se puede apreciar los ambientes que frecuenta.

Se puede mirar un grupo de los mejores amigos.

Puedes ver la forma en que acaricia, los cuidados que pone para que veas sus bonitos pies, lo lindo de su rostro… Pero [b]no verás su corazón[/b].

Si a menudo la ves en la discoteca, con un cigarrillo o un vaso de whisky ya sabes qué hábito tiene.
Si ese culito luce fofo, bastante caído, ya sabes qué te gustará (pero eso no es su corazón ni el centro de tu razón).

Si en un grupo se retrata con varios amigos ¡se supone que los tiene! Pero, por la forma en que abraza a alguno y a otro, por la forma en que se miran y lo mira –y la admiran- podrás inferir lo que tú quieras pensar (pero una mujer nunca está sola) (a menos que ella quiera).

Cada mujer, por fea o bella que sea, siempre tendrá una nube de seguidores. Es muy difícil que no tenga a nadie y, si te ha incluido en su grupo ¡Uff! Eso es bastante más que nada.

Toda mujer (u hombre) tendrá algún pretendiente. Es muy posible que algún@ sólo diga que se trata de “amigas” o “amigos” y, en medio de la incertidumbre de la soltería o la dilución matrimonial, más vale tener “algo” que nadita.

No obstante, pese al hipócrita puritanismo, la libertad económica de occidente permite que sus emancipadas mujeres tengan amantes, además del marido con que hacen otros hijos.

El ambiente laboral o académico permite la práctica de la infidelidad, tanto emocional como física.

Si uno no está atendiendo sexualmente bien a su esposa o mujer, si uno no la colma en o sexual o lo económico, [i]hay muchos “caballeros” dispuestos a comerse el pechito o el muslito ajeno[/i]… Todo irá bien, hasta el día que ellos sepan que –también- a ellos se lo hicieron.

La mujer desatendida, no muy oficiosa en la casa, puede sublimar parte de sus afectos insatisfechos enamorándose del galán de sus novelas ¿No les basta su vida real? ¿No le bastan sus hijos y marido?
Recuerdo, más de una vez, aquellos suspiros –aquellos “Ay”- tan profundos, cuando era un chiquillo y miraba a mi abuela o escuchaba lo que decía, junto con sus amigas (y no eran tan viejas) ¡Ah! Mi abuelo no la atendía…

¡Sé! Por experiencia y convicción, que si una mujer no tiene lo que desea en la casa, lo hallará en la calle (lamentablemente, algunas, insisten en prostituirse emocional y sexualmente) (eso es parte de lo que interiormente combato).

Dale a cada mujer un ambiente social, licor –en el grupo de tus amigos- y verás quién no lo era ciertamente.

A título personal: Mi mamá era muy bonita. Mi papá, cuando joven, la llevó a donde yo no debería invitar a mi futura esposa. Le enseñó a beber, le mezcló con sus amistades… Mi papá nunca lo supo (quizá no lo intuyó) pero –sus amigos- más de una vez intentaron seducir a mi madre y, con el tiempo, en el proceso de esa separación, mi mamá terminó trabajando en el mundo de la farándula (y es obvio que no es un lugar nada apropiado para la santidad).

¿Qué confunde? ¿Qué es ambiguo? [b]Decir que te amo, pero siéndote infiel.[/b]

Para un cristian@, para alguien que quiere vivir tranquil@, no le es conveniente casarse con una chic@ que no haya nacido de nuevo (y ello no es garantía). El compromiso contractual del matrimonio sólo ampara “lo material” que se pudiese obtener, pero no ampara al corazón que se desea conservar (contento o feliz).

Si esa mujer, luego de casarse, se sigue exhibiendo. Si esa dama sigue mostrando sus hermosas nalgas, su bonito pecho… ¿Es posible que nunca supo lo que nos atrae sexualmente? Y, si lo hace deliberadamente, luego de casada ¿Tiene un complejo de inferioridad o procura seguir atrayendo a otros hombres (o mujeres)? (Hay “lesbianas” que no sabían que deseaban un encuentro sexual con una mujer) (también pasa a los hombres).

Un cristiano no lleva escudo contra las sorpresas. Nos casamos en la misma lotería, con las mismas aspiraciones que l@s inconvers@s. ¿Pero qué nos confunde?

Hay falsas expectativas matrimoniales que son solamente sexuales.

Hay falsas esperanzas económicas que no son –ni serán- satisfechas mediante el matrimonio… Y puedo contarte un caso funesto: Cierto hombre se casó con X. Con el tiempo, por cosas del pecado, ese hombre se enamoró de Y (pero Y era hermana de X). X tenía dinero... Como ese fulano resultó un hombre astuto, además de avaricioso, pensó qué hacer para salirse del contrato matrimonial. X tenía dinero, y hasta autos blindados, pero aquel hombre se aseguró de que X y Y viajaran juntas en otro auto no protegido y, calculándolo todo, ese hijo de madre mandó a matar a su esposa (X) para quedarse con todo el dinero y casarse cómodamente con su cómplice Y. ¡Así lo hizo! (ya no vive en Vzla).

Puedes retratarte con la mejor persona del mundo, tener hijos con ella, y no amarla (sino su dinero).
Puedes fingir que eres feliz con tus amig@s de la alta sociedad, y lo que haces con ellas y ellos no te llena (igual pasa a los pobres) (no eres la única pendeja que se finge bella o deseada, y terminas siendo una borracha o una drogadicta “porque nada te llena”).

Puedes tomarte las mejores fotos, en cualquier lugar del mundo, y no consigues llenar ese vacío que persiste en acrecentarse. Puedes abrazar a TODOS y no sentir el calor de nadie.

¿Te confunde lo que haces ambiguo?

Alguien que significó mucho en mi ida (no termino de entender por qué) me escribió: “…Búscate una mujer fiel que sólo ame y sepa amar a uno y te dé la exclusividad que tanto pregonas…” ¿Acaso no existe? (Y no temo volver a equivocarme).

¿Cómo puede ser que –siendo inconsistentes- queramos un amor sexualmente excluyente y emocionalmente sólo para nosotros? (¿Inventamos al amor para sublimar lo que es sexo?).

Confunde que varias décadas de la vida transcurran persiguiendo una quimera (cada uno en la suya).

Es ambiguo que predique el amor,[b] pero con mis acciones proclame la infidelidad.[/b]

¿Qué haces o dices tú?

¿Te acuestas con dos el mismo día?

¿Besas a un@, pero deseando al otr@?

¿Estableces una relación –sexual- breve con alguien que te ve como una pareja a largo plazo y sin términos?

¿Deseas casarte, o sólo deseas echar un polvo furtivo y largarte?

Y, si es una persona sana, emocionalmente sincera ¿Por qué la perviertes? Si más tarde la defraudarás.

¡Dile qué te gusta y esperas!

Pienso que el sexo no es cuestión de masturbarse en la vagina ajena. Sé que muchas cosas parecen necesarias, pero no todas son imprescindibles.

Una persona que, descuidadamente lleva una relación con dos personas, debe decidirse por una. Una mujer -u hombre- que trasciende de una relación platónica a la erótica, debe hacerse responsable de las consecuencias (si está casad@, aténgase a lo que venga).

viernes, octubre 12, 2012

Carol´s gift

Recently I knew a nice woman. I´ve been reading her articles for about a year. I felt compassioned, sad, willing to help and frustrated for not knowing how to do it but by writing to her.


By time, we developed a rare relationship. She confessed a couple of things, then I knew more about her, but she was abroad, far from my hands´ reach, although she dared to give me her phone number.


When I knew she was depressed, deeply sad, I started to phone call her. I thought she was absolutely alone, almost desperate and isolated, so I became her pen friend and a phone friend: I wanted to help her.


By time, we shared links to be close on facebook. I noticed she had more friends than I allow myself, more than I actually thought she had. I saw and learnt more about her on those pictures she showed, and these gave me an idea about her being, her ways, but I stayed steadfast to what I began: I wanted to help and “helping” helped me.


My friend Fred helped me note some things I did not see, up to the moment he spoke to me. I started to believe she was falling in love, same way I noticed I was falling in love for her (this was too soon).


Afterwards, within a month,she moved back and we arranged to meet. The first time, I was curious, I wanted to know if she was that beautiful woman I saw in some of her pictures (because, at the beginning, I avoided to see all those pictures she has uploaded).


Within me, there was a huge interest to help her to overcome her emotional problems. She used to write about her sad feelings, her disappointment on the way her love relationships ended, and I felt compassionated: I believed her way to point the issues out, just from her point of view (of course, it´s almost impossible to listen to her ex-lovers´ arguments). 


Looking at posted pictures –everywhere- made me think of some things. Nude or almost naked pictures make think anyone. Sensual or subjective pics will give you an idea on who they are (how you are or behave)and these serve to understand what they want to show or grab when being seen or watched. The way anyone appears speaks to our eyes. Am I showy?  Am I lustful? Am I looking to draw friendship or sexual attention to? Pictures attract feelings, whether they´ll be positives or negatives (unbelievers –too often- post those that make them look prettier than they actually are, sexier or richer than they could possibly be).


Carol showed much more than I would allow my wife (if I had one).

At certain point of the time, I checked all of her pictures and noticed what her “friends” commented and I felt jealous (that made me know I was getting too involved in my personal relation to her).


Often I don´t care what some girls or women may post and upload, but I cared what Carol could be posting, just because she draw my attention by clicking “Like” to most of my pictures on facebook (obviously she wanted to make me know she has seen all of them) (there was no need to “tell me” she has seen them, but it was clear she wanted my attention and she got it). Questions: How often do I click on “Like” to show someone I like her/his contends, their writings or pictures? Was it true? Why did she need to let me know what she has seen?


I alone started a love relationship (with my feelings).


The first time we met, I saw she was the girl I saw. She wasn´t as beautiful and young as those pictures, but I was curious, I wanted to know if she was that beautiful woman I saw as a good friend.

That day started and lasted like a good date. We spent long hours talking and sharing. She asked me many questions and wanted to know many things about me (she found ways to reconfirm if I was lying or telling her the truth). Inwardly I asked for myself: Is she interested in me as a man or a friend? I enjoyed that long time. It was like being in front of a jury and being asked, just to guess if I was guilty or innocently wrong. She looked deep into my eyes to see them blink or fail when answering. I couldn´t find some right answers, there were some I didn´t know.She laughed at my back, but I was the evidence in court! (There was too much attention paid).


From that day on, I would say we started dating (but it wasn´t) (she´s married and hasn´t buried some relationships that someone else finished).


We touched.

We hugged.

We kissed, our lips.


But we do not belong to one another, especially if God is not the central being within our lives.

She´s the best woman I ever met, but we walked different ways and my present life doesn´t  show what she -or someone else- could be interested to live (besides this, she has a daughter, and I paid too little attention to my own children).


The lesson I learnt is that appearances can lie, feelings could lie and human longings, sexual needs can mislead us all. I enjoyed these days plentifully, like never before, and I wanted to love like never I thought I could (she gave me an additional force I never knew: It was pure love).

Recently, someone on holypal.com wrote about a different way to understand “Love” (he is right) (I will re-published his writing, but I need his permission): 


For God so loved the world that He GAVE His only begotten Son, that whosoever believes in Him should not perish but have everlasting life..." (John 3:16).


Love is the most expensive thing.  If you love someone -or something- you will likely give them all you can and have.  Even if you love something less you will still give a little in charity.  You will also invest or give much time to the person or hobby that you love.  It is so important to you that much would be sacrificed for the person or thing.  If you are a parent with a new baby you would give your life for the child if you had to.  God gave his very son because he loved the world.  GIVE is another way to spell LOVE.”


Such a love is giving, giving oneself up to everything and all, same way Jesus did for those who believed and obey God´s word.


Such abandonment is giving everything we own: Any physical and material possession. It is the handing over of the self with any wealth we could think of as owned.


Love, real love is giving up all for the person or being we stop fighting or doubting. 

The lesson Carol left is that I was close to stop doubting or fighting against finding truth; but she failed when having someone else in view. She said “it was love” and “I don´t want to hurt you”, but when I love I have no one else.

Carol moved me inwardly, deeply, and I thank God that I´m getting better, that I still love her, but it won´t be the same. 

First love, always, must be addressed to God.

Secondly it must be addressed to us, ourselves, then it would be shared (securing -always- God´s affairs first).

Love, as a giving up, has too many things involved, but it´s worth living and sharing.

God is the best way to live and learn how to do it well.


There´s a love lesson that Carol reminded me, because God gave us that first: “We love because he first loved us”… Where is it in the Bible?


Each time someone comes this way, letting you know how important you are: Telling you how meaningful your attention is, think of God´s love first.

If this love comes from above, if it is God´s, it will lead you to a holy commitment, it´ll be mingled with human feelings, but truly committed to you in a friendly marriage and deep bonds both can cope and share.


If she or he still have remnants of old relationships not buried, keep a safe place for you.


If her /his views of God are not similar, please, stay away! (Someone will be hurt).


Once we start sharing, talking and giving, we ran the click of loving.


If we constantly meet or write to someone showing attentions, we are open to let them know we´re sharing what we got to give and these things sometimes are sought for someone who dares to share: Both receiving and giving are a love deal, at a certain degree.


Constant giving (or sharing) may give us a hint on a good sign, especially if real trust is developed: Am I a constant friend, a loyal mate, or someone looking after what I want (using or abusing you)?


God gave us a hint: “We love because he first loved us” 


(Deeds are bigger than words) (A simple step leads us ahead).

And I´m thankful for what I received.


Don´t give up loving!(Stand up, walk up and go)

Perfect love does not have troubles with sexual gender nor reasons, but its giving and handing over.

This gift, she gave me, it´s all brand new.


A.T. Oct. 12,  2012 


martes, septiembre 25, 2012

Sacrificios

A veces, en la vida, hay capítulos que se inician casi finalizando. Momentos, de triste final, en los que oirás una linda melodía como la del Titanic (en un solo instrumental de saxo, al estilo Kenny G.) donde sólo tú eres el personaje que se hunde como barco, junto al despojo de tus recuerdos. “¿Qué es amor?” –diría Tina Turner- “¿Quién necesita un corazón, si puede ser roto?”. (Todos).
A veces, en cualquier momento de la vida, uno lo que tiene que hacer es despertar, levantarse e ir al baño y, mientras uno se lava la cara, mira y ver la tarea que hay que hacer para cada día (acabo de hacerlo).
Por lo general, cuando se camina, se mira al piso. No es usual que se marche cabizbajo. NO creo tener la humildad del chinito aquel, de Kung Fú, interpretado por David Carradine, pero –la verdad- es bueno intentarlo. No llegaré a la sabiduría de su maestro (un budista ciego), pero sus pasos he de seguir algún día (no los de David C., ese -no hace mucho- se quitó la vida ahorcándose) (obvio que era un actor, pero no vivió su personaje humilde, en la vida real).
¿Cómo sería mi vida si tuviera más recursos? Si dispusiera de ellos en abundancia o manejase una tarjeta de crédito sin límite de gastos.
¡No sería yo! Me estrellara igual, quizá peor.
Me hubiera comido a mi palmerita y, en lugar de aprender a olvidarla –es probable- la deseara más… (No lo sé) (y me alegro de no saberlo).
Tras un divorcio, tras una docena de ellos, quizá una mujer te diga: “Eres un pobre diablo” (gánate el Kino, para que veas la haladera de bolas). Es posible que ni tus hijos te quieran, por ser quien eres, sino por “ser” quien les das (y la mamá ha tenido parte en esos valores que desvalorizan).
Uff! Acabo de recordar los peos de una amiga, cuyos hijos –también- la subestiman: La hacen culpable del divorcio, mientras que sus hijos se chulean al padre, debido a que éste mantiene a uno en España y, a otra en USA. ¡Enternecedor ese amor! (Somos tan buenos hijos) (No fui así, pero me incluyo: No me agrada mi mamá).
Nadie te quitará ese peso que te agobia o te molesta (incluso, el sobrepeso, te lo tienes que quitar tú, igualmente como te lo pusiste).
Nadie vendrá a hacer el trabajo tuyo: Esperar eso no es comodidad, sino irresponsabilidad.
Hace un rato, antes de despertar, soñaba mi peo en el Metro. Yo bajé las escaleras y, cercano al torniquete, uno de los carajos esos no me dejaba pasar. Yo tenía mi boleto, la necesidad de seguir mi camino, pero la intransigencia arbitraria del sujeto no me dejaba pasar, al punto que –para no pelear- física ni verbalmente, pensé hallar otro camino y, en mi mente, sabía la ruta, pero –el hijo de perra- no sé cómo hizo que, con cierta chocancia, hasta invirtió el sentido de rotación de la escalera mecánica, a modo de que yo saliera de la estación por ella, del modo como él decidía (pero no salí ni subí por las escaleras mecánicas) (hice otra vaina, pero por un camino más largo).
Es obvio que -en mis sueños- busco soluciones, también ¿Me quedaré en el suelo? ¿Me cargarán en brazos?
Vivir siempre ha tenido una solución…
Este domingo, arrecho, subí al Ávila.
Hubiera querido ir el sábado pero, debido a un trabajo para el que me embarcaron, perdí las horas de la mañana y, de ñapa, me indispuse (el rendimiento fue bajo).
Comí poco -no descansé bien- pero estoy dispuesto al cambio (estoy cambiando) y no dejaré mi programa (eso incluye un jugo de moras, para el regreso, por supuesto).
Al volver, porque no voy a explayarme en detalles, vi a un sujeto con una pierna amputada. Mientras yo bajaba, él le echaba “brazos” a ese par de muletas y, aunque ese día no hablé casi, a muy pocas personas dije “Hola”, en cierto momento estuve a punto de decirle algo. ¿Saludarlo por compasión? ¿Le halagaría?
No se dejó mirar a los ojos. Sudaba fuerte y se concentraba en su esfuerzo. ¿Necesitaba él algo de alguien?
Era obvio que no metería la pata (la meto a veces pero, si yo fuera él, un saludo de esa clase lo interpretaría como un insulto).
¡Hay gente que carga su cruz! (otros que te la cagan).
Hace años, por cierto, una persona de la iglesia intentó explicarme algo (que creo no entender). Él me decía un cuento, una de esas “historias” que sirven para explicar lo que no se sabe explicar:
-¡Dios! ¡Dios! Quítame el peso de esta cruz (rogaba alguien, insistentemente).
Dios, conmovido por el pesar de aquel hombre, vino y conversó con esa persona.
-¡Okey! –dijo Dios- te quitaré esa cruz, pero, lamentablemente, igual como mi Hijo Jesús, si quieres vivir, tendrás que cargar una.
-¿En serio Dios? ¿Tengo que cargar una cruz, como Cristo? –preguntó el sujeto, remolón y quejumbroso.
-¡Sí! No hay otra forma, para que vivas… Sin embargo, para que veas, te llevaré a un lugar donde hay millones de cruces. Hay cruces nuevas y otras usadas y, al llegar allí, tú mismo escogerás tu cruz.
-¡Yo no quiero llevar una cruz!
-Pero no hay otra forma en que vivas –explicó Dios.
Ese hombre de la historieta, cabizbajo, caminó y comenzó a tomar las cruces ajenas, abandonadas en una gran pila.
-¡Esta es muy pesada! –decía- ¡Esta es incómoda! –y la soltaba- ¡No! Esta apesta…
-¡Escoge una! Ya sé que a nadie gustan.
Probó varias y caminaba con ellas, a ver cuál resistiría.
-¡Ah! Buscaré una pequeña… ¡Esta es demasiado pequeña! –volviéndola al suelo- Algunas lucen chicas, pero son más incómodas y pesadas que las que lucen grandes. ¿Las hacen con plomo?
-Son como cada quien las hace –replicó Dios.
Adonai, con paciencia, observaba a ese hombre quien, ya cansado, parecía decidirse.
-¿Qué me dices, hijo? –Inquirió el Señor- ¿Piensas pasar todo el día probando cruces?
-¡No! Me quedo con esta ¡Listo!
-¡Seguro? ¿No deseas probar alguna otra? Esta oportunidad se da sólo una vez, en esta vida.
-¡Seguro no estoy! Pero, si tengo que usar una, pues, ¡Me quedo con esta!
-¡Hijo! –conmovido el Señor, le dijo- ¿Puedo comentarte algo?
-¡Claro! Dime Tú cuál es la mejor, aunque no quiero cargar nada.
-¡Esa! La que ababas de tomar, es la que llevabas a cuestas… ¡Es la misma que ya tenías!

Tú y yo –todos- somos responsables de lo que cargamos.
No es muy probable una charla de esas, pero sí es cierto que no se va -toda una vida- llevando el mismo madero: Nadie te quitará ese peso, sino tú mismo.
Uno puede ser intransigente. Uno puede ser cómodo; pero la responsabilidad es nuestra.
Habrá momentos en los que uno se tropiece con la escoria que haya soltado uno mismo ¿Para que la recojan otros?
Anoche, por ejemplo, compartí mi comida con “Pedrozo” (mi mamá lo dejó en la sala, con una cadenita asida a la puerta de entrada). Al levantarme, luego de intentar quitarme las legañas y el sueño con agua, noté que el baño tenía un cementerio de estiércol... Al momento, no me apercibí de que algo había pisado pero, para evitar algún peo, ¿Delataba al cagón? ¿Recogía los mojones? ¿O se los dejo a mi mamá?  ¡Ja! ¡Ja!
El pobre perro hubiera sido castigado… ¡Hizo mejor que yo! (se soltó y fue al baño) (no lo hizo en la sala) ¡No es un perro pendejo! (además, he sido yo quien le dio comida).

Hay momentos en los que tu cruz es liviana (pero no huele bien).
Hay momentos en que tendrás que usar las manos (alguna muleta) pero eres responsable de lo que dejas a tu paso: Y no es un sacrificio grande. Sólo basta humillarse un poco y hacer lo que se deba hacer.

Buscar vías alternas.
Hay momentos en los que no puedes –ni debes- seguir un mismo camino. Habrá momentos en los que tendrás que cambiar, salirte de un sendero o regresarte por dónde viniste (acabo de recordar un par de veces que -mi camino- tuvo que truncarse en más de una ocasión).
Cierta vez, cuando trabajaba en la embajada de USA (Ccs) tuve a un supervisor prepotente. Ese día, no quise someterme a la arbitrariedad del jefe de ese servicio y fui despedido (gran vaina) (1991). Al pasar de los años, uno de mis ex compañeros (el negrito Scott) me dijo: “Grumbaung está jodido. Me contó lo que pasa en su vida; está despedido y buscando trabajo como loco, y ¡hasta me pidió dinero!... Tú sabes cómo era él, quien te botó”.
Uno no debe ser coño e madre.
Éste, un carajo de quien no hablaré para mal, no usaba el apellido de su padre; sino el de su madre (sabe Dios lo que les pasó). Sin embargo, como todos nosotros, a estas alturas ya debe haber ido a ese lugar donde hay cruces apiladas y, si esa “historia” se repite, puede que haya terminado de cargar su cruz.
Cierta vez, también, me perdí en una isla del Orinoco. Alberto y yo estábamos arrechos con la vida y, para olvidarnos de lo que cada quien deseaba sacar de la suya, nos pusimos de acuerdo y nos fuimos al carajo.
Él tenía peos con su vieja. Siempre le decía: “Vaya a trabajar, mijo” y, jamás me pareció que su mamá fuera mala ni que él fuera un vago, sólo que –para ese entonces- no le daban empleo y, aunque tuvo un bachillerato con especialidad técnica, le costó una bola entrar a trabajar en el Metro, y hoy día debe estar sembrando fresas en la Colonia Tovar.
-¡Vámonos al carajo!
Ninguno pensaba volver.
Pero, cuando el sol nos debilitaba, cuando la comida se había acabado, un par de niños vinieron a socorrernos.
-¿De dónde salieron Uds?
-Tenemos días observándolos y, cuando vimos que ya no comían, pues, pensamos que esta sopa les agradaría.
¿Agradarnos? No recuerdo haber comido nada mejor y, aunque hubiera tenido demasiada sal (no lo recuerdo) era la mejor sopa de mi vida.
Por mi parte, comí tanto como pude; pero Alberto se comió dos platos y lo que restaba en la olla (por eso, su vieja, lo mandaba a trabajar: Come demasiado ese gordo).
-¡Qué bolas! De vaina nos morimos de hambre.
-¡Bueno! ¿Nos obligaron a meternos en esto? Si quieres te comes el kilo de café que me queda en el morral –espeté, jodiéndolo.
-¡No jodas, Antonio!
-¡Tranquilo! Eso nos servirá para para algo… (y se lo regalé a la familia Bolívar. Gente inusual, por allá de Angostura del Orinoco, quienes con su amor y favor nos sacaron de esa selva, nos alimentaron y nos dieron para el pasaje) ¡Dios los bendiga! (olvidé sus nombres, pero Dios no olvida sus rostros).

Ese viaje, sin “retorno”, se hubiera prolongado; pero me empeñé en visitar a una comunidad indígena del estado Anzoateguí y, cuando mi bota se rompió, cuando tuve que aprender a usar alpargatas, mis ampollas ensangrentadas me hicieron regresar a la ciudad que intentaba dejar “para siempre”.
-¡Qué bolas tienes tú! ¿Por qué te regresas?
-Se me jodieron las botas… No sé andar en la tierra.
-¡Qué bolas! ¿Te regresas?
-¡Sigue tú! No quiero volver, pero no sé arreglar la suela… ¡Mejor las regalo! (se las dejé a quien me vendió el par de alpargatas, a fin de que se las diera otro más pobre).

No se había planteado el regreso, yo no pensaba volver pero, ¿Cómo vivir esa vida descalzo?

Puedo entender que uno quiera ciertas cosas, que uno luche y las procure (pero hay más locos que yo) ¿A quién se le ocurre pedir lo que nadie está dispuesto a dar?
Uno, ya de viejo, no puede pedir por lo que no tiene ni jamás se dio (ni cedió). Hay damas, quizá enloquecidas, que creen tener el derecho de pedir “todo” sin sacrificar un carajo (es decir, lo piden TODO –como un embudo- pero no están dispuestas a dar nada). ¡Vanidad! Ilusión.
Un logro, por pequeño que sea, implica un esfuerzo de nuestra parte (y una responsabilidad).
Es cierto que iniciamos un viaje a solas, queriendo seguir acompañados; pero habrá regresos mudos y en solitario (yo no querría soltar lo que creo que tengo, pero NO LA TENGO) (nunca la tuve) ¡Fue bueno soñar! (para soltar).
¿Dónde están tantas cosas?
¿Qué se alcanzó con esos viajes?
En una oportunidad, subiendo hacia el Naiguatá, estuve a punto de soltar mis cámaras. Yo sentía que mi peso era una gran molestia, que podía desprenderme de mi carga –argumenté tontas razones- pero el gordo Alberto me desanimó para que no me quitara esa “cruz” de equipaje (hubiera perdido, irremediablemente, una cámara filmadora japonesa y una cámara fotográfica rusa).
Más adelante, en ese ascenso, no sé si fue Nino (o Ramphis) quien encontró una lata de refresco con otra lata de comida. Iniciamos un viaje sin nada, sin considerar agua i otras cosas, pero el camino nos fue dando lo necesario.
-¡Es un milagro! ¿Cómo me explico que –justo aquí- alguien haya puesto esas cosas.
-Igual habría pasado si “soltaras” las cámaras… Otro pendejo las habría encontrado y diría: “Es un milagro” “¡Miren lo que me encontré!”.
-¡Ja! Ja! Está bien, Alberto.- remilgué- ¡Gracias! Entendí ¡clarito!
Hay momentos, como esos, en los que la ayuda llega -sin saber cómo- pero ha sido alguien que te dejó una señal, un par de muletas, y te has levantado (y siempre caminaste) ¿Es siempre un milagro? (no siempre).
Hace años, cierta vez, una persona me dejó la más hermosa lección e impresión de mi vida (no diré su nombre). Ella me levantó, no sólo de mi abatimiento del alma, del vómito que creí era mis cenizas, y Dios le permitió ser mi ángel de la guarda (y lo ha sido con más de una persona, porque Dios le dio ese trabajo de ángel) ¡Gracias, amiga! (cierro mis ojos, en señal de agradecimiento).
¿Vienen las cosas sin ceder a nada?
¡Nada viene por nada!
Uno puede que no entienda este día: Mañana sí se ve bien.
Y cuando ese momento llega, dirás: “¡Con razón!” (y me ha pasado tantas veces, pero hoy no lo recuerdo).
Una cosa sé, Dios no juega a las cartas: Soy responsable de lo que llevo dentro.
¡Nadie cargará mi peso!
Puede que no halle ni sepa el destino. Puede que no tenga lo que soñaba pero -en medio del sacrificio- puedo hallar caminos alternos.
A.T.     Sept 25, 2012

sábado, septiembre 22, 2012

Prostituir (Prostitución como Alternativa)


Los que crecimos en la era de los ´60, alguna vez que otra, escuchábamos un chiste que parecía gracioso (pero no ahora que somos padres). Un adulto, dirigiéndose a una niña que veía sola, se acerca y le dice:


-Mira, mi amor. Si me das un besito, yo te doy un caramelo. ¿Te parece?


La niña, con cara de remilgo, se hacía a un lado, sin prestar atención pero, debido a la recurrente insistencia del sujeto, se dio vuelta y le dijo:


-¿Qué tengo que hacer para que me des toda la bolsa?


Hoy -para nada- hallo gracia en lo que les leo. Es cierto que, superficialmente, no hay nada malo en lo escrito; sin embargo, en el fondo, es una transacción, una negociación pre-sexual, un favor a cambio de algo material. ¿Qué distinto es del cohecho? (la diferencia es poca) (y sólo falta que uno de ellos sea un funcionario público pidiendo algo en provecho propio).


Recuerdo que, muchas veces, en todas las edades, siempre hubo transacciones, acuerdos negociados: “Te quiero porque me gustas”, “te quiero porque me quieres”, “te quiero porque me ayudas o me haces sentir bien”…


Pocas han sido las veces en que no haya habido una relación de conveniencias (de simpatías) en las relaciones humanas. Toda asociación nace en función de beneficios o acuerdos tácitos de reciprocidad, tanto en lo sociológico, lo laboral, lo afectivo, lo sensual-sexual.


“Si te portas bien te traeré un juguete”


El niño o niña se porta “bien”, para ganarse su premio y, a término del día, le fallamos en cumplirle (y éste deja de confiar en nuestra palabra) (o deja de pensar en esa meta de la excelencia).


En la escuela se nos estimula a operar a un nivel de exigencias, a actuar bajo un grupo de retos o respuestas comportamentales y académicas y, según actuemos, recibimos una premiación; sea en elogios, sea con numéricas calificaciones o con alguna promoción de grado o status económico o jerárquico.


En el caso de aquel menor corruptible (niña o niño), sin ver lo que es moralmente repugnante o indignante del “chiste”, notamos la negociación a la que somos expuestos desde niños e, indudablemente, la astucia o habilidad para negociar puede aguzarse espontáneamente si nuestras vidas se manejan en un ambiente de manipulación, donde el afecto se compra con esa clase de favores o sucias lisonjas. Si alguien a esa edad sabe transar negocios así, ¿Qué no hará sola o solo? ¿No somos vulnerables todos?


Mucha gente, por tradición –quizá- piensa en los 10 mandamientos. Si uno leyese más extensamente, en alguna parte de ese libro, hallaría el mandamiento que dice: “No prostituyas a tu hija” (así de literal). ¿Qué es prostituir?


Mientras pueda, seguiré recomendando el escrito de “La prostitución como alternativa”. En mi opinión, es lo más moralizante que haya leído (y lo hizo una mujer, basándose en su conocimiento racional, y en lo que raya en la estadística clínica profesional).
 

La prostitución como alternativa.

(Escrito por Dulce, Agosto 2012)


"Siempre que vendes tu sexo es prostitución, pero no toda mujer sabe que a veces es prostituta.

Siempre que te acuestas con alguien -por dinero- es prostitución.

Muchas mujeres se quedan en matrimonios sólo por dinero pero, si les dicen prostitutas, se ofenden.

Cambiar sexo por dinero, en cualquier circunstancia, te hace prostituta. Éste no es un concepto moral, es un adjetivo.

Siempre que haya soledad masculina habrá prostitución. A veces la misma, más que sexo por dinero, es servicio social.

Una de las fantasías ocultas más comunes en las mujeres es la de ser -en algún momento- prostitutas.

Toda transacción sexual que sea buscando bienes materiales, comodidad o prebendas, es un acto de prostitución.

Cuando el dinero prevalece en la decisión de dejar a tu pareja o no, estás cercana a un acto de prostitución.

La prostitución puede habitar en una virgen. El concepto de venderse por aspectos económicos empieza en la mente.

En la fantasía de prostitución de la mayoría de las mujeres, ellas siempre se ven como finas, no como callejeras.

En la fantasía de prostitución, de muchas mujeres, lo único que las frena para convertirlo en realidad es el miedo a la violencia.

El sexo, como transacción económica, es una de las actividades económicas más antiguas de la humanidad.

La prostitución no siempre es la que nos venden de chicas famélicas, drogadictas y obligadas. Muchas veces es, incluso, algo glamoroso.

Muchas mujeres viven fantaseando con ser prostitutas o violadas. Es recurrente y muy frecuente en ellas.

Cuando una mujer se acuesta con un hombre, basándose en consideraciones materiales, está prostituyéndose, aun no pensándolo así.

La consideración económica, de la prostitución, es un aliciente muy deseado: Una prostituta gana mucho dinero siempre.

La prostitución siempre es un acto económico. Ser promiscua, no implica ser prostituta.

No siempre una mujer tiene claro que se acuesta con alguien por dinero; aunque el acto siempre sea prostituible.

Muchas madres, sin querer, empujan a sus hijas a la prostitución: “Ese tipo no tiene dinero, no trabaja, no es próspero”, etc.

Siempre que enseñas a tu hija que el dinero es importante para iniciar una relación, en el fondo, la conviertes en prostituta.

Una prostituta se hace, no nace.

Toda transacción económica que implique sexo, no importa si es moral o no, es un acto de prostitución.

Cuando consideras el dinero como “fundamental” para que una relación subsista, estás ante un concepto económico sexual.

Si se pudiera ser prostituta, sin la carga inmoral o el estigma, miles de millones de mujeres lo ejercerían sin remilgo.

Si una mujer pudiera ser prostituta -sin ser descubierta y sin temor a la violencia- lo más probable, en algún momento de su vida, lo consideraría.

La prostitución no degrada a la mujer, la materializa.

Muchas mujeres -aunque no lo admitan- en algún momento han considerado seriamente prostituirse.

La inmoralidad se atribuye a la prostituta, generalmente, por el mismo hombre que paga por sexo.

¿Existen prostitutas fieles? ¡Sí! ¿Cuáles? Aquellas que se casan por dinero, o se mantienen por dinero, junto a alguien que ya no aman.

Una prostituta, a veces, disfruta el hecho de ver minimizado a un hombre que -para tener mujer- tiene que pagar.

A veces, la prostituta sólo lo es para humillar a un hombre. Pagar por sexo siempre es un acto que denota carencias serias.

Descontando el aspecto moral, la prostitución es un acto lucrativo y mayormente placentero, siendo ese su mayor gancho

La prostitución puede ser profundamente denigrante y oscura. La trata de blancas es un flagelo grotesco e infernal.

Cuando una mujer es obligada a la prostitución, se está haciendo el acto más desalmado que un hombre puede hacer.

Si una mujer decide ser prostituta, lo primero que debe considerar es, si ella podrá aguantar la carga moral que pesa sobre eso.

Si una mujer decide ser prostituta, una buena pregunta sería: ¿Querrías que tu hija lo sea? Si la respuesta es “NO”, quizás debas reconsiderarlo.

Una consideración antes de elegir ser prostituta: ¿Te sentirás mejor después de acostarte con alguien que no deseas?

Por último, antes de ser prostituta ¿Te hace mejor mujer? o ¿Serás una mujer con más dinero? "



 
¿Qué puedo añadir? Ella lo dijo todo...

Pienso que, si en la época de Moisés hubiera habido la tecnología, el conocimiento que hoy tenemos concentrado en discos sólidos y los medios actuales de almacenamiento de datos, la diferencia moral o visceral sería poca: Haríamos lo mismo que hace cada generación y, lo único que nos moderara sería la conciencia moralizada, sea desde el hogar, y toda institución que apoye a la base de la sociedad: La escuela, la universidad y todo género de organización apoyado por el Estado o medios privados.


La razón para que tales escritos no fueran más profundos que nuestros escritos actuales se debe a limitaciones técnicas ¿Cómo explayarse en tabletas hechas de barro? ¿Cómo sobreabundar donde no había papel barato? Si se escribía sobre piel de animales muertos y el costo era indecible.


Lo que parece un mandamiento teológico, en verdad, es un principio conductual “No corrompas a tu hija”. No la explotes sexualmente. No uses a tus hijos para hacer dinero ni para obtener beneficios económicos a través de ellos ¿Es sabio cuidar la santidad del templo del amor? ¿Es religión individual o profilaxis social?


Hace poco, cierta niña recibió unos cuadernos del padre. Ésta, al recibir esos objetos, le dijo al padre: “Dame un beso en la mejilla”. De inmediato, sin hablar, comprendí el error: ¿Recibe ese privilegio –de besar- un padre? ¿No es su deber suplir las necesidades materiales de los hijos que trae al mundo? ¿Por qué ella no le besó espontáneamente? En lugar de concederle “un permiso” por agradecimiento (ese padre no buscaba nada) (no le pidió nada a cambio) (yo estaba frente a ellos).


Obvio que algo no está bien.


¿Se compra el cariño? ¿Necesitamos estímulos para que éste fluya bien y genuinamente solo?


Independientemente de lo espontáneo que fluya el afecto, no está bien forzarlo con transacciones materiales ni con palabras que lo mendiguen.


Naturalmente, toda la naturaleza lo revela, el afecto, las caricias y la ternura verbal la desean hasta los perros y, quizá, de allí que las aves tengan un sonido peculiar para los seres quienes cantes sus melodías ¿No tiene un gato sus ronroneos coquetos? ¿No prodiga cariños un perro con su lengua o reclama atención con sus gestos de cola o con ladridos y gemidos? Hay un lenguaje de amor en toda la creación (y la indebida prostitución del mismo).


Cuando leí aquello de “No prostituirás a tu hija”, naturalmente, intuí muchas cosas y, retomando el texto de Dulce, se juntó el pasado remoto con el presente diario: “Ese tipo no tiene dinero, no trabaja, no es próspero…” ¿Sólo se prostituye a las hembras? ¿No inducimos a nuestros hijos con nuestros patrones de conducta y valores equivocados? “Mujer que se te ofrezca… NO LA PELES: Métale mano”. La prostitución no sólo alcanza el tema sexual, sino el tema moral: “Si tienes chance de joder o de quitarle a otro lo que te sirva ¡no lo dudes!” ¿Y es que eso no es prostituir y corromper la mente, con nuestras ideas sucias?


Pienso que el alcance de la prostitución va más allá de lo sexual, de lo afectivo, sino que afecta toda forma de relación humana: la manera como NOS percibimos a nosotros mismos y cómo vemos al resto de los humanos.


Uno puede llegar a ver, a toda la humanidad, como una simple mercancía o medio para obtener cosas, incluso placeres y, posiblemente, uno ya no se considere como un ser que tenga valía en valores dignos.


Directamente, “prostituir”, tiene que ver con dar favores sexuales a cambio de dinero o bienes materiales; sin embargo, también se prostituye cuando hay deshonra moral, otra clase de abusos contra el individuo o un colectivo, cuando se trata de forma indigna a un ser, sea por adulación o por craso interés.


¿Está consciente una madre (un padre) que prostituye a su hijo cuando lo maltrata verbal o físicamente, cuando lo rebaja en privado o públicamente?


El maltrato físico y emocional, lamentablemente, deforma el cuadro afectivo que se empleará en futuras relaciones con otras personas, en la edad joven o adulta. Y, si lo alteramos (para mal) las consecuencias nos afectarán a nosotros tanto como a otras personas “inocentes”.

A.T.