Anoche, por estas cosas que me pasan, tuve
una charla amena con una japonesa en Japón. Tomé el B.B. de mi hermano Aby y
respondí a una llamada, en su lugar y, siendo que no tengo contacto con nadie
en esa zona, pues, esa chica me ofreció su amistad, tal cual yo ofrecí la mía:
Un estrechón de manos intercultural.
Ella es budista. Tiene gran interés en
aprender o conocer de nuestra cultura y, similarmente, me corresponde a mí
tomar de los valores que tienen más de un milenio favoreciendo otras latitudes en
el lejano oriente…
Su inglés es perfecto. De hecho, entre
torpeza y sorpresa, di traspiés con el mío, pero nos entendimos y nos
acercaremos (Si Dios quiere). No obstante, como le comenté a mi hermano: “¡Es increíble! Ella tiene su religión y no
tiene prejuicios para acercarse a otras gentes y culturas. Los cristianos,
pseudo ortodoxos, ni siquiera se acercan a los de su misma raza ni a su mismo
idioma…”
Lo que más me gustó, y lo hice a
propósito, fue reconfirmar que ella estaba (está) en Japón. Aquí era algo más
de las 8 pm del viernes (Ago 17, 2012) y allá un nuevo día sábado. ¿Por qué
olvidamos que, cuando aquí estamos en el pasado, en otro lado nace el futuro?
Si aquí estamos en el hoy (nuestro presente) otros viven nuestro mañana.
No tengo problemas en vivir mi presente.
No me parece difícil convivir con el hoy, a menos que el mañana se contente con
la incertidumbre o se abandone en el pasado.
Wow!
No lo había entendido, aunque no es gran
cosa. En la tierra, durante 24 horas, tenemos dos cosas:
·
El
Presente y
·
El
Pasado
Si uno quiere verlo de otro modo, tenemos
siempre al PRESENTE o al pasado; ya que, si lo veo de otro modo, el futuro que
otros viven (como ella en Japón) es mi pasado en este hoy (especialmente si
creo que un modelo comunista puede darme las garantías económicas que no tengo,
mientras las nuevas burocracias se enriquecen ¡sean del partido que sean!).
El mañana no puede estar en la monarquía
de hombres y mujeres que corrompemos y somos corruptibles; pero el “pasado” se
esmera en buscar y reproducir los errores que sólo fueron útiles a pocos.
El futuro es mi hoy, tanto como quienes se
levantan primero y comienzan a luchar por cada una de sus cosas.
¿Qué
haría apegado a un sueño si no despierto para realizarlo?
¿Qué gano involucrándome en afectos, cosas
o personas que no asumen el compromiso del mañana, comenzando desde hoy?
Mi mañana es mi presente.
El pasado ya no existe y, aunque guarde
algunas fotos, aunque tenga el disfrute de docenas de recuerdos, no puedo vivir
en el ayer ni podré disfrutarlo o aprender suficiente.
A.T. (Ago 18, 2012 8 am)
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