“…Cuando hay amor, no hay ideas que se interpongan. ¡Échale
ganas y ya! Por Dios ¿Vas a dejarlo pasar?
y tu chica ¿está de acuerdo en esperar? X Dios amigo, no pongas tantos peros...”
Dices
"no hay ideas…" ¡Llámalas
razones!
El
amor, en el que creo, es como una cuenta bancaria a la que le sumas y NUNCA le
retiras (de otra forma sólo se pierde).
Si
es un banco -incluso una mina- que tiene problemas de fondo... ¡No inviertas!
(Habrá
otro tiempo para ello)
Como
sabes, la estabilidad emocional, la solvencia de parejas, el equilibro
económico (el mío), la
compatibilidad de caracteres, la tolerancia religiosa y la comprensión de docenas
de motivos son parte de todo el negocio
del amor. Si no lo avalas, si no los sustentas en cuentas claras que lo reflejen (si no tienes el
potencial de ser inversionista) ¡Mejor quédate lejos! (o déjale el negocio a
otro).
¡Amar
es una mina de oro con diamantes! Pero no es mi momento. Quizá no tenga un
turno, pero me dejaron ver lo bello, lo hermoso, lo profundo (lo complejo) pero
no es mi momento de invertir en ella...
¡Deseo
pujar en las ofertas! pero -ella- no es un objeto a la venta, no es una cosa (aunque
se subestima) (me subestima, a mí, también) (y a ambos eso duele).
No
es mi momento.
Me sacó de sus amigos: Yo la saqué antes y -como se nota- no era mi momento (y
puede que nunca lo haya sido).
¡Pero la vi! La toqué, me tocó… ¡nos tocamos!
Lo viví casi todo
un día (aunque negándome vivir el siguiente).
No es mi momento…
Tampoco sé de turnos. ¡Hay cuentas tan inciertas!
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