What is it this place without freedom? What is it love without someone you deeply love, as much as your own life and those feelings? I hope you yourselves find the best ways to achieve those dreams you had.
sábado, diciembre 26, 2015
jueves, diciembre 24, 2015
Indeseable Adiós
El Hecho de que uno sea besuqueado (o de que nos besuqueen) no
significa que tengamos algún derecho sobre la vida de esa persona
que nos otorgue tal momento o eufórico privilegio. Sin embargo, si
el evento se repite más de una vez -incluso- en diferentes sitios y
tiempos, esto me hace presumir que hay algún tipo de relación pero
¿Qué clase de relación es esa?
Si soy una persona legalmente comprometida con otra, si se sabe que
-públicamente- estoy con alguien más, ese besuqueo fue algo más
que un flirteo o un desliz pero, si estoy emocional y físicamente
solo, esa reciprocidad de afectos, caricias bucales acompañadas de
manoseos y tibios abrazos, no debe significar sólo una aventura
fugaz de un momento pero ¿Qué tipo de relación se inicia (o
establece) en esa clase de visible mutualidad circunstancial
extemporánea?
Cuando era muchacho, un simple abrazo o manifestación pública de
ese tipo de caricias significaba algo más que “pasar un momento”.
Hoy, por lo que parece ser, es algo intrascendente que puede
producirse, aceptarse -o rechazarse de inmediato- y, si hay espacio
de tiempo, puede negociarse el tipo de “razón”, limitando
significados u acuerdos para esa manifestación de emociones
imprevistas que no necesariamente son un compromiso de afectos a
mediano o largo plazo.
Admito ser disfuncional en eso. No creo ser impulsivo en abrazar o
besar a extraños pero, ya he visto que hay gente así y, la
generación del 2.000, tiene otra percepción de cosas que me son
nuevas, y debo actualizarme.
Hace 3 o 4 años fui abrazado, besado... Y me sentí mimado,
consentido, querido y amado. No supe comprender el significado de
unas lágrimas que se desbordaron como en un tropel aturdido de besos
y, cuando pregunté qué significaba eso que brotaba en sus ojos
(lágrimas, luego del bálsamo de aquellos plácidos y sorpresivos
besos) la chica con quien me efusivamente me besaba no dio respuesta,
sino miradas evasivas y, en lugar de aclarar mi desconcierto, lloró
más con furtiva reserva, casi siéndome esquiva; a lo que hube de
aceptar la posibilidad de un indeseable adiós que vendría
cuando intuí que no me besaba a mí, sino a sí misma, con el deseo
que ella tenía de besar a alguien quien no le correspondía (y no
era yo) pues, la amé con genuina e intensa sinceridad, aunque tuve
que confrontarme en medio de apetecibles deseos y demarcados límites,
en esas no tácitas condiciones que ella impondría -ya visiblemente-
a la mutualidad que yo me permitía, y desearía a largo plazo. ¿Cómo
desaprovechar ese momento, aunque no fuera totalmente para mí?
Era la segunda vez que todo yo sucumbía a lo que parecía seramor.
Me enamoré de esa mujer como cuando tuve 26 años, y ya ella andaba
en el tránsito de sus 40. Ha sido la mujer más sexy (y complicada)
que mis brazos hayan cargado a pleno peso, que mi pecho haya
intentado retener con reluctante denuedo y hoy, por nada del mundo,
desearía involucrarme en una relación que no fuera una verdadera
relación, ciertamente una definible como cualquier otra
convencional: No soy hombre de tríos ni de fantasías.
No quiero volver a desperdiciar todo un año de mi vida creyendo que
estoy conociendo a alguien, que resultase como ésta. No quiero
volver a repetir una situación semejante en la que me halle
dispuesto a ayudar a una dama en dificultades y, al hacerlo, me
involucre emocionalmente en una relación que no es una relación
recíproca pues, nadie merece desengañarse de algo que construyó
con tanto cariño -y nada fue- sino una relación imprevista donde se
daban besos y afectos descomprometidos, en un espacio de tiempo que
parecía tener un carácter exclusivo y, al término de ese
año, lo que de mi parte entendí o asumí, yo daba más allá de una
asistencia filial, y a tiempo no advertí que comprometía mi amor
propio, mientras la otra parte involucrada tuvo una percepción
muy distinta y descomprometida, al punto que -cuando el momento dela
confrontación llegó- el desenlace fue repugnante, amargo, doloroso
(creo que para ambos) y, el desagrado que le produje al efectuar mi
justo reclamo, quedó sellado con una final repulsión que ella
definió como nauseabundo aborrecimiento (no hartazgo) y su
actitud fue diametralmente opuesta a la prodigalidad efusiva de
aquellas horas enteras de compañía que nos dimos adornándonos de
besos, tibios y efusivos abrazos o sanos coqueteos (que parecían una
relación sin término de tiempo).
El estar con ella era como pasar todo un fin de semana con quien
cualquier enamorado desearía involucrarse toda una vida. Nuestras
charlas, presenciales o no, eran asunto de horas y amaneceres pero
-cuando reclamé la exclusividad sexual que yo pensé merecía- ella
misma me hizo comprender que yo asumí todo ese afecto “mal”, que
no me lo debí permitir pues, me enamoré con ese todo visceral y
emocional que, en ese momento, sabía lo que tenía e invertía (sin
nada a qué temer).
Pienso que, a la edad que sea, lo que duele de un adiós
indeseable es esa privación emocional, física o sexual de
la persona que nuestras vísceras han estimado más allá de lo que
uno mismo se estima. Uno puede querer a alguien con el natural cariño
pero, cuando las hormonas y los apetitos del deseo sexual o erótico
han valorado a una persona más allá del grado visceral de nuestra
autoestima, nuestra reacción es más rápida y violenta que el enojo
y estoy seguro que se asemeja a la respuesta que damos cuando alguien
intenta privarnos de la libertad: Somos adictos de muchos deseos
viscerales y emocionales.
Años antes, cuando me involucré con la profe Elizabeth, yo sabía
-e intuía- una fecha “indeterminada” de expiración para esa
relación. Yo advertí en nosotros varias diferencias reconocibles
tempranamente y -al notarlas- se las avisé, las puntualicé y, al
comentárselas, Elizabeth trató de animarme para que siguiésemos
esa relación así (como si las cosas solas se ajustasen). Muy pocas
personas se auto-prescriben finales predecibles, conscientes de que
el término llegará cercano: Su estatus social, su religión, los
hábitos de su vida eran bien distintos a los míos. Su búsqueda
social y entretenimientos distaban kilómetros de los que me son de
uso pero, como me dio la opción a “ese probar” en lo que
emocionalmente yo no invertiría mucho, sólo tuvimos encuentros
sexuales un par de veces y, sentimentalmente, no me involucré tanto
como lo hice con Carol I., la de esa relación a quien hoy le
resulto indefectiblemente un ser repugnante. ¿Para qué sirvió lo
que se vivió? No lo sé pero, en cuanto a mí, la edad y estas
vivencias no me dejarán caer en una relación que no era,
ciertamente, un asunto de comprometer mi corazón (ni de nadie).
Uno no debe embarcarse en la aventura de amares cuando los elementos
de factibilidad sentimental ya te indiquen riesgo de pérdidas o
caídas de sus valores. Cualquiera que sea la suerte que se busque en
las inversiones afectivas no son un azar, y se invierte para ganar,
no para perder.
Nadie que resuelva intentar remendar un corazón destrozado (en una
relación previa) debería exponerse al riesgo de hacerse sufrir con
el suyo. Nadie que portase ese maletín de Primeros Auxilios
sentimental, debería olvidar un botiquín adicional para la
auto-cura pero, en mi ingenuidad, no supe entender que aquella mujer
no lloraba el afecto del esposo que perdía con otra, sino el cariño
de un amante que corría con su esposa y la reconciliación la
deshacía interiormente, dejándola sin nada y, en un sentido, ella
perdía a dos grandes amores (y ciega o estúpidamente mordisqueé de
las sobras que eran para otros).
Hoy, a menos de un lustro de esa tremenda lección, he visto sus
fotos, su vientre deseable, plano y blanco... Y sigue “perfecta”
(y herida). Ayer, haciendo mis compras, imaginé volver a verla y, en
auto-reproche, reconozco debo hacer un real esfuerzo para
desprenderme del deseo retenido, más que del afecto sostenido pues,
ella no tiene nada que ver con mi cambio interior y, el desear
toparme con su mirada y palabras (en ese desdén) comprendí lo que
sería contraproducente a mi caso, como terapia excedida de shock...
¿Qué hay en ella que yo necesite? Yo no quería sólo su vagina,
sino lo que imaginé era toda ella. ¿Qué ha cambiado -en mí- como
si yo tuviese algo nuevo que agregar al valor de su inexistente
necesidad? ¡Nada! Creo ser la misma persona, con menos valor
material en el intercambio de mercaderías.
La lección que puedo intuir en mi futuro (y ha sucedido así, al
efecto) es que no volveré a hacer de médico Samaritano. Si alguien
se conduele de sí, por cualquier pasión no correspondida, no pararé
en mi camino y -cuando mucho- sólo lanzaré una mirada a ese trecho
por el que de inmediato huiré, por mi bien. ¿De qué sirvió la
empatía de todo un año? Sin embargo, sé que siempre corresponderé
con quien -de veras- padezca una necesidad elemental de asistencia
(pero no me involucraré emocionalmente, tal como hace poco hice, al
saber que otra dama fue abandonada por un marido joven que
dejó a otra vieja). ¡No! “Un clavo saca a otro
clavo” pero no haré de clavo ni de martillo. Si “algo”
queda para mí, si he de vivir de carroña o de sobras, que no tenga
yo el rol de curandero.
Alguien ha dicho, con propiedad: “No
ama el que quiere, sino quien puede” y, en ese
sentido, las relaciones de parejas tienen un importante factor de
inversión que la conveniencia (o el oportunismo) obvia en la miopía
de su filantropía: El estatus económico y los recursos del atributo
sexual. Esta mañana, mientras escribía estas ideas, pude ver un
documental sobre los cocodrilos y, en la sección que tiene que ver
con la época del apareamiento y su manejo sexual en grupos, la
psique de ese animal hace el mismo tipo de piruetas o subterfugios
que los humanos hacemos para “convencer” a la hembra que queremos
copular (ella es quien hace la elección de quien la monta)
¡Somos un mar de propuestas! (y ellas dan la respuesta del “sí”
o del “no” con sus propias condiciones) ¡Nunca fueron las
nuestras!
El cocodrilo o caimán no tiene oportunidad de exhibir su musculatura
como otros animales, pero demuestra su fuerza amatoria en
ciertas luchas (como lo harían los móviles osos). El caimán no
tiene que exhibir el grueso de su billetera ni su cartera de clientes
(como lo haría un vendedor que desea atraer una compañera de
negocios) pero hace cosas que “la hembra” entiende como bulto y
como grueso (cada ser sabe lo que busca y espera).
En la marcha prenupcial hembra y macho se exploran -se tocan- y todo
es a tientas; con el mismo margen de error humano nos “muestra”
lo que haya bajo las ropas, o las aparentes buenas intenciones. ¿No
son ellas las verdaderas depredadoras? Ha! Ha! (Y nos hacen creer
que somos nosotros los que “las depredamos”). ¡Vaya fantasía la
de cada romance!
Lo bueno del documental, tal cual sucede en la naturaleza, es que las
nuevas familias inician sin hijos: Cada padre llega solo al nuevo
lecho (porque muchos “hijos” alcanzan la autonomía alimentaria
en menos de un año). ¡Muy distinto al proceso de los humanos!
La “mamá” cocodrilo no se va con otro caimán de río con los
hijos de uniones previas (fantástico asunto económico que facilita
la cópula) ¿No se ahorraría el hombre gran dificultad con eso de
la manutención de las celosas parentelas? ¡A nadie le gustan los
problemas!
Si el caimán ha tenido hijos con otras hembras, en otra época, ni
unos contra otros procrearán en detrimentos de los nuevos hijos,
¡Ufff! ¡Vaya alivio “familiar”! ¿Tendrán hijos celosos de
otra madre? :P
La intimidad sexual del caimán no tiene que lidiar con la existencia
de crías previas y es posible que uno y otros se dediquen al crío
de la misma estirpe (son sociales y semigrupales). ¿Es malo contar
con una buena suegra?
Los humanos, como seres distintos, solemos atender a nuestros hijos
por más de veinte años y, al finalizar una relación de parejas,
debemos atravesar por fuertes cambios que dislocan los nexos
emocionales que alguna vez “programamos” para que fueran más que
duraderos y, en muchos casos -como me pasó a mí- llegué a casarme,
estando enamorado de otra mujer, y no de mi ex esposa. ¿No era justo
que yo me involucrara emocionalmente a una mujer confusamente
enamorada de un ex amante que la evitaba, mientras que ella luchaba
por separarse de su marido legal de 20 años quien, a su vez, la
cambió por otra que era más joven? ¡Justo eso fue! Ni ella misma
sabía por qué causa lloraba el día que me homenajeó con esos
besos agridulces... ;)
Nunca sabré cuán aborrecible he sido, tras el embeleso y, si a ese
haber inventariado he de remitirme, luché interiormente con ese
rechazo, con las ganas frustradas de hacerla mía (siendo ella de
otros) y, en medio de mis complejos de inferioridad o insuficiencia
-de cualquier naturaleza- no atiné a contemplar nuestras reales
diferencias (que eran muchas) pues testarudamente las desestimé
porque quise fundirme en ella, de toda ella… ¡Qué pendejear de
cosas! Era sexo sublimado (y nunca estuve en sus sábanas, ni en sus
planes).
Goodbye, flaquita!
Sigues siendo hermosa
(y todo se acaba). :)
domingo, noviembre 15, 2015
B/w
This is for those who love to see life in black and white (B/w) ;)
“ ... Chroniclers of the period report that the plague had spread from Italy to Spain and northward to France. By 1350, the plague was in Scandinavia. In more densely populated areas or cities such as Paris, Oxford and London almost 66% of the population was killed. Other, more isolated regions such as Bohemia were virtually unscathed since traders rarely ventured into them.
Medieval Europe responded with many reactions. A few people decided that since life was short, indulging in pleasures while you could was the order of the day. Others saw the plague as the Christian God's punishment for sin. The power of the Catholic Church increased in the face of imminent death. Some Christians believed that self-desecration would make up for past sins. One movement, the Flagellants believed that whipping themselves and others would atone for sins. Besides self-abuse, they scapegoat others, specifically the Jews. This led to mass persecutions. Of course, none of these actions altered the course of the epidemics of the plague.
The result of the introduction of the bubonic plague into Europe was devastating. There were too few people to work the land, estates lost financial power that, in turn, provided an opportunity for kings to centralize power. Teachers and tutors in universities died and, with them, learning. Hence the term Dark Ages...”
Source:
https://c.aarc.org/resources/biological/history.asp
domingo, agosto 23, 2015
To Emily
“Your
letter brought tears to my eyes.. all I've ever wanted was to have
someone love me the way you do... maybe one day God will allow me to
marry a man who loves me like you.
”
“I'm
so sad.. I don't understand.. why every time I love people.. they
leave me.. I don't know what I do wrong...
”
Well, I have no idea, little sister but, if we
dare to share our thoughts and ideas -here- we could know (or learn)
from our separated worlds or walks.
I don´t know you (1)
We have shared too little (2)
and what we´ve got -online- is but a few, but
enough (3).
The Emily I loved was a short woman who reminded
me Emily Brontë. I almost felt "she" was you (or you was
"she").
When I read those letters (love
letters) you wrote to "Leo",
I think I knew the one I think I know.
As long as I read those letters you wrote to that
"loved one", I think I knew your heart, your soul and I
said to myself: "She deserved to be loved" and, without
knowing it, I loved you and I felt hurt when someone hurt you, and
left you. (We cannot change ppl´s choices) (we also have similar
rights) so we´re entitled to love those we want to love.
By those days, I had no idea who you are (except
by the PASSION you showed by writing).
Today I have no idea on who you are or what would
be those reasons you could be left.
Being honest (more honest, because I don´t have
needs to lie) I cared NOTHING if you were sick, handicapped or out of
your mind: I loved you! With a passion I never felt or thought
before.
I hated all who hurt you and left you. I´m glad I
had the time to hide and, when you left CC, I got confused and, when
you were unwilling or hindered to chat on CC´s room, when you said
you were not permitted to talk on LIVE CHATS, I hate the family you
had, I had the conditions you were "living" on and, if I
had the money to go to Trinidad "to save you" I would have
gone, because I would have loved you, no matter you had AIDS or
walked on a wheel chair (a thing I was scared when you approached me
on CC, using that nickname I never thought you would use). It was a
deja vú I feared and, if I was younger, if I was there -negrita- I
would have tried to loved you, even to propose you marriage; but I
faced vasectomy to avoid children and, to my own regret, I chose to
live like a church mouse (even poorly) so I have nothing to give any
woman, except what I think what I have as my life.
Negrita! Long distance relationships are not good
enough to live by or with.
We human ppl need living ppl, near doors.
You are the most beautiful woman I´ve ever met. I
don´t mind if you are blind, "ugly" or handicapped to your
own mind: I would love you, with my own (and, if Venezuela was´t
what it is presently, I would take you HOME) but Venezuela is not a
home: YOU are any man´s home.
If he takes you as you are, YOU ARE HIS HOME.
I don´t know how to help you but, if you tell me
"what you´re doing
wrong" I think we could find out.
Are you being picky?
Are you seeking a handsome boy "everybody"
loves?
If you dare to tell me, I can try to help.
You are beautiful and, if you are that girl I saw
on your CC avatar, you are ALSO beautiful in your external shape: I
loved that hair I saw on those tiny pics. I loved the shape I think I
saw when you showed me the moment when you was baptized so, what any
NORMAL man would lack in meeting you?
I also think that man you recently fed, that poor
and rejected one, would love you eternally.
Emily! You are the most wonderful young woman I
have met online.
You might not be perfect like God´s angels, but
you are a woman, and a beautiful woman and, if you need more help,
get a psychologist: Something could be wrong in the way you´re
approached but, for me, you are wonderful and, I have no way to tell
you that so, if I
had more means (youth + money) I would reach you, wherever you are.
Have faith!
Grow inside, and I hope to meet you in heaven. I
don´t know you yet, as a whole human being, but I love you, anyhow.
How could I tell you? How could I hug you, the way
I am?
jueves, febrero 12, 2015
Short-term relationships
I´ve
recently read that several young people regret not meeting other
folks, their age, who
were willing
to cope with long-term relationships. I wouldn´t say it is a form
of reluctance but a normal social behavior aimed to stay with their
best choice, as long as these get matured and find out what they
really liked from their acquaintance. Some people do want to be
utterly committed, but few are grown-up enough to endure long-term
commitments, economically, romantically or lovingly.
The Lord
Jesus said something to think of: “'Well done, good and faithful
servant. You
have been faithful over a little;
I will set you over much...” (Mat 25:23) and “Anyone who can be
trusted in little matters can also be
trusted in important matters.
But anyone who is dishonest in little matters will be dishonest in
important matters.” (Luke 16:10) Was He talking about being trusted
in long or short term things?
And, if we
are good friends, worthy as loyal ones, can´t we get
the best
of short-run friendship and long-term fellowship?
Several
years ago I tried one odd thing and I failed. I was wooing at an old
friend I had and her nice-looking sister liked me much more; so I did the best I
could to draw her to me and -soon after- I lost the one I should have
taken... What a foolish thing I did! I have met that for years, we
studied in the same training school, but I liked her sister more:
Poor me! (but let me remember Lot´s wife, to avoid looking back).
How could I
deserve a long-term relationship, if I´m not loyal enough with old
friends?
That´s
where I liked another lesson Jesus gave me about human relationships
when He was talking to a woman who chose short-termed relationships
at some “randomized” convenience: She
was thirsty
of eternal life and probably
all tired out
(Jn 4:15). She asked Him a break (and a relief) of that toil she knew
and He asked about her loved ones: “The woman answered, "I
don't have a husband."
"That's
right,"
Jesus replied, "you're
telling the truth. You don't have a husband. You have already been
married five times, and the man you are now living with isn't your
husband."
” (Jn 4:16-18)
Was she
really married?
No! Let´s update what Jesus probably said: “"You're telling
the truth. You
don't have a husband.
You
have already been with five men,
and the
man you are now living with isn't your husband."”
Does it look easier to be seen and understood? That was a euphemism,
not an exact statement.
I´m like
that Samaritan! I don´t know about you: But I´m that sinner.
She was
thirsty of something she knew, there
was something she could not quench deep inside her life,
and probably some recurrent unwillingness bothered or her wounded
heart acted like a stumbling block on few of those short-term
commitments... How could I be good enough for a long-term
relationship if I´m not good -and loyal enough- during short-term
fellowships?
She have
tried it 5 times! Let´s say she wasn´t left, let´s say she was the
one leaving men behind. Let´s suppose she was left 5 times... Was
something wrong in a person left? (Is something wrong in a person
leaving?) Sure! Both
parties involved are accountable for leaving and being left (the
innocents and emotionally damaged are those children).
Could
that lesson be a moral rebuke just for me? Sometimes I wanted “the
blessing”,
but with nothing offered or spiritually promised.
Allow
me to say something more about a Samaritan man Jesus spoke of: He was
on his way doing a business trip and founded out a person in need. He
felt pity (Lk 10:33) But what sort of a relationship will be one like
that, a long-term or a short-termed relationship? It seemed a naive
parable, it seemed a make-believe story but, after 2000 years, I know
it is a true story I should learn about, because I´ve seen it in my
life too, several ways.
That
Samaritan man
asked nothing in turn.
Instead, he gave money the inn keeper when he was leaving that
injured person he took in charge. During that process of healing,
they probably shared good times talking about each other; yet the
good Samaritan endangered his reputation and life when saving an
unkown person, and that is where I like Jesus´ words: “Greater
love has no man than this, that a
man gives up his life for his friends.
” (Jn 15:13) (Jn
13:35).
Giving
up life:
Is it a long-term issue in your life or a short-term deal you cope
with daily? You know it well and you chose it each time.
I
cannot get a better job if I´m not good enough at simple tasks. I
don´t deserve better things if I´m not taking care at those few I
actually had: “... You
have been true in a small thing...”
(Matt. 25:20-23). That principle applies to human relationship, not
only to borrowed material talents we said we owned.
When I was in my late 20´s I
met a lot of people who were friendly. If I tried to meet several of
them now, I´d be utterly rejected or I would do the same
disapproving them. Those friends I had have changed, and I
have changed myself,
in a way “we” could say properly we were happy we shared one or
two decades, and I know it because I have met a couple of them, and
their life is quite different the way we were: The have children,
spouses, new habits I don´t cope with and, worst than that, I´m
not the young man they knew
(or liked) so, without doubts I can say life
is built up on the successions of short-termed relationships.
Look at Jesus´ life. He spent
3,5 years with His disciples. He only had 3 favorites friends of
those 12 he chose and his
own brothers were not His close friends:
“Jesus' brothers
(…) did not believe
in him.” (Jn 7:5)
He nearly lived with them 30 years and those
homies showed little respect
for an old sibling: “You
should leave here
(…) If you want to
be well known, you must not hide what you do.”
(Jn 7:3-4).
Look at His loved ones: “And
when his family heard it, they went out to seize him, for they
were saying,
"He is
out of his mind."”
(Mark 3:21) and see how He dealt with those he purposely ignored
shortly: “Jesus asked, "Who
is my mother? Who
are my brothers?"”
(Mark 3:33; Matt 12:50). “It is not possible for you to be hated by
the world; but I am hated by it, because I give witness that what it
does is evil.“ (John 7:7)
If you´re not willing to cope
with short-term relationships you´d probably miss longer ones; and
just have a look on Jesus´ eternal scope, because what He did
reached you and me out, a couple of millenniums now.
Jacob wanted to marry Rachel
and, having no other choice to pick her out from her father´s house,
he dared to work 14 years to marry her.
Moses married the one he liked,
and Abraham wrongly heard the one God had promised a child. Was that
life journey easy for all of them? No! It wasn´t easy.
Here´s another tip Jesus
left: “By your
endurance you
will gain your lives.”
(Lk. 21:19) That applies to our personal fellowship of beliefs and
ideas. Many think faith and believing are enough to get heavens, but
they´re missing up those words saying “easy comes, easy goes”
because long-termed endurance has a moral purpose.
What if Jacob had fought and
talked back against Laban to get Rachel instead of Leah?
What if that Samaritan woman
needed to learn certain lessons -the hard way- before being properly
committed? Let´s say Jesus wanted the woman to be married; same way
the other woman He told: “Go
your way and never do wrong again.”
(Jn 8:11)
Short-term relationships
prepare us for a better endurance of love and eternity. I don´t
deserve something better if I´m not taking care of the good things
I´m actually granted. If I´m not good at virtual friendship, if I
lacked the ability to keep a simple friend most of my life (which is
a short-term relationship) I´m not yet ready for the engagement of
marriage, which is a long-termed commitment of love and look at this
thought the Bible gave: “A friend is loving at all times, and
becomes a brother in times of trouble.” (Pro 17:17) If I haven´t
tried this way, I´d better stopping my whining: That´s my direct
fault being alone!
For boosting yourselves, I wish you could watch the movie “The
Ultimate Gift” (2007) or the nasty movie “The wolf of Wall Street”
(2013) There you´d see why some “friends” are sought (Prov.
14:20, 17:9, 18:24) and why some are lately rejected. In both
movies part of this wicked life is very well portrayed, yet the
edifying one is that Ultimate Gift.
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